En sus 30 años de trabajo Creativo (6 y 7 de marzo de
1986—2016)
Sobre ética y moral.
…”En cada memoria, un recuerdo doloroso.”…
La envidia corroe el alma del artista
…“Dédalo no trabaja solo. Lo ayuda Talo, su sobrino y
aprendiz, a quien el arquitecto enseñara las artes de la cerámica y la
escultura.
Incesantemente, el joven se inclina con emoción sobre la
madera o el barro. Cada vez que observa
el espacio virgen suspira, intranquilo, pero feliz. Después penetra ávidamente
con las manos incansables en el material y crea.
Tío
y sobrino viven en paz, hasta el día en
que Talo inventa el torno de alfarero. El muchacho moldeaba una vasija de
barro, y como tuviera mucha dificultad en finalizar la obra, encontró más
práctico arbitrar un medio para mejorar las condiciones del trabajo antes de
seguirlo. Así creo su invento.
Cuando Dédalo ve el torno, se pone pálido de celos.
A partir de ese momento, el taller se transforma en la imagen viva de los
infiernos: La envidia corroe el alma del
artista, aminorando su prístina vitalidad. Talo, mientras tanto, continua
produciendo maravillas sin notar la desesperación de su tío.
Pocas
días después de creado el torno de alfarero, Talo inventa el serrucho,
partiendo de la observación de una culebra muerta que encontró por casualidad
en el bosque cercano al taller. Abriendo la boca del reptil, vio las hileras de
agudos dientes, que inmediatamente le sugirieron la idea del útil instrumento.
El joven copia rápidamente el maxilar de la sierpe en pedazo de hierro y vuelve
al taller. Al verlo llegar con el nuevo invento, Dédalo siente crecer a su
lado, la amenaza para su propia gloria.
Triste, preocupado, se dirige al bosque, creyendo que allí se encontraba el
origen de las geniales concepciones de Talo.
El
día muere sin que el escultor encuentre la inspiración buscada. Cabizbajo,
vuelve a casa y, apenas penetra en ella, se encuentra con su sobrino que sonríe
sin parar, como si estuviera enloquecido de felicidad: acaba de inventar el
compás.
Dédalo
apenas consigue disfrazar su odio hacia el joven que lo supera cada día. Los
artesanos de Atenas, beneficiados por el esfuerzo creador de Talo, cuyos
inventos le facilitan la producción cotidiana, empiezan a olvidar al gran
maestro. Ya casi no mencionan al creador del mástil, de la vela, del nivel
utilizado por los albañiles, del machado de los carpinteros. Sus homenajes se
dirigen ahora al antiguo aprendiz. Celoso, Dédalo, entre una madrugada y otra,
decide matar a su sobrino, sacarse del
medio esa tortura constante.
Invita
al joven a pasear con él por el recinto del templo de Atenea (Minerva), desde
donde se goza de la más hermosa vista de la ciudad (el templo estaba en la
Acrópolis, la ciudadela de Atenea, que
se alza majestuosamente en medio del llano, y cuyos bordes han sido siempre una
magnifica atalaya para gozar de bellos panoramas). Inocentemente, Talo
acepta. Al día siguiente parten ambos
para el santuario.
Desde
lo alto de las sombrías murallas, el maestro arroja al aprendiz al vacío. La
ciudad de Atenas no oye el grito de su benefactor. No nota que la sangre de un joven corre generosamente por la tierra.
Desde
lo alto, el asesino observa el rostro del muerto: una sonrisa serena continúa
jugando en la boca casi adolescente de Talo. En ese momento, Dédalo tal vez haya llorado. Pero como
se escondió entre los edificios de la Acrópolis, nadie lo vio verter sus
lágrimas.”…
Memoria De Una Traición
(Una página negra en
la historia del Teatro
Antioqueño)
He
querido hoy homenajear este proyecto
creativo, artístico y humano de la “Corporación
Artística Teatro El Fisgón”, el cual represento legalmente hace 30
años, publicando un escrito, que llevo guardado desde hace ya buen tiempo, y considero
el momento pertinente de hacerlo
público por la dignidad del sueño
creativo que represento. En esta propuesta
individual que desarrollo ya hace
varios años, en el campo de la dramaturgia, la dirección, la actuación, el
teatro y la educación, que he denominado
“Recuperación De La Memoria Colectiva, Como Trabajo Humano”, enmarco el
siguiente recuerdo de mi quehacer teatral. Espero que lo saboreen o me
maldigan, por mis recuerdos de una verdad que han querido tergiversar. Recuerdos de
mi interactuar en el medio teatral en Medellín. A todos aquellos que han
aplaudido la Farsa y al Farsante. A mis amigos (Que son pocos, casi nadie.) y a
mis detractores (Que son muchos).
Corría el año de 1997, un año crítico para nuestro
proyecto creativo, La Corporación Artística Teatro El Fisgón. Poseíamos una
sala (Cuba con Palacé.), donde duramos cinco
años haciendo arte. Eramos un equipo de trabajo de cinco personas. En
diciembre del año de 1996 se retira un integrante del colectivo, y en enero del
año siguiente dos personas más. Es el caos. Quede aparentemente sólo en mi
grupo, y en mis manos ansiosas de creador, el último proyecto para realizar: “Alguien
Desordena Estas Rosas” (Cuando El Amor Se Niega A Morir), un cuento de
Gabriel García Márquez, era el siguiente proyecto que El Teatro El Fisgón
enfrentaría en sus sueños creativos. Dadas las condiciones no era posible
producirlo en El Fisgón, ¿Con quién hacerlo? Si mis mejores amigos son los
muertos. Tuve la idea de recurrir a un vivo “amigo” mío, de los pocos que me
quedaban, lo llamaremos Ricardo (“El Mata Príncipes”) era una persona que
merecía de mi aprecio, que respetaba como persona y como creador (Pienso hoy en
día, que yo no le merecía ni lo uno ni lo otro.) para entonces dirigía El
Teatro del Globo, cuando funcionaba en el Sótano. En ese mismo año visite a Ricardo “El Mata Príncipes” para
invitarlo a que formará parte del equipo de creadores y llevar a cabo mi
proyecto. Le dije: “Mata Príncipes”, te invito a que hagamos juntos la
dramaturgia de un cuento que quiero poner en escena, tú lo diriges y lo
producimos a nombre del Teatro del Globo. (¡Fatal error! De alguien que todavía
creía en los valores éticos y morales de
un creador, de los que se llaman artistas y humanistas y no en la traición como
valor de vida.) Le dije: “Mata Príncipes”, pongo el texto (que ni él conocía,
ese día se lo presente.), tengo la actriz Mónica López (Que tampoco conocía,
ese día se la presente.), tengo los dos niños actores, Yulieth Correa Gallego
y Donoban Orozco Gallego (Que tampoco los conocía, ese día se los presente.), y
además le dije que tenía la música del grupo portugués Madre Deux, que tampoco conocía, (Ese día se
la presente. Al otro día, compro en San Diego, todos los CD de Madre Deux),
por lo que ven estoy poniendo más del 50% de la propuesta, hasta el momento,
del proyecto nada es de él. Para él todo es nuevo y desconocido: el texto, la
actriz, los dos niños actores y la música. Efectivamente acepto la propuesta.
¿De quien es la propuesta original? ¿Del “Mata Príncipes” o de Lorza? Hoy en
día pienso, que me traiciono y se aprovecho descaradamente de mi proyecto
creativo, junto con su séquito de plagiadores (as). Revisando las reseñas de prensa, veo que desde la primera entrevista a la prensa, comenzaba a traicionarme.
Hicimos un proyecto en grupo, sobre una idea de montaje que era de propiedad
intelectual mía. La obra fue una puesta en escena, ¡hermosísima! porque todo lo
que hace teatro El Fisgón es Hermoso, porque ante todo somos creadores, no
plagiadores. Al primero que sorprendimos con nuestra creatividad, fue al pobre
director “Mata Príncipes”. Que el día que inventamos el manejo del tiempo,
estructurando la puesta en escena, en particular Mónica López, con su
propuesta de improvisación, de cuando la mujer esta sentada en la silla (Imagen
que tomo para su afiche y que no es de él.) y envejece con la aplicación de un
elemento plástico, sencillo y hermoso,
como fue el de peinar su cabello, con harina y blanco de zinc, y luego salir
vieja y ajada, con el peso de los años, arrastrando con pausada pesadumbre la
vieja silla. Un cambio de tiempo hermoso e insólito, “El Mata Príncipes” lloro
como un niño, lo conmovimos con nuestra creatividad sincera, pero no aguanto
tanta poesía, y fue mejor traicionarnos, lo quería sólo para él, algo que no
era de él. Peor que la muerte, como dice Shakespeare, la traición.
Héctor Lorza
6 de febrero de
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario